La Residencias de Larga Estadía (RLE) no es una entidad fija y estable, por el contrario, es dinámica y se transforma conjuntamente con los cambios sociales y sus requerimientos y demandas. En los últimos años también se ha transformado el modo de envejecer y la inserción de los mayores en el seno social, hechos que implican nuevos desafíos para el campo gerontológico.
Las instituciones no se adaptan con rapidez y fácilmente a los cambios, más bien los resisten y crean situaciones de desajuste con la realidad. Los recursos, prestaciones, problemas a resolver y concepciones quedan desfasados y rebalsados. Una de las tareas actuales es, reconociéndolas, proyectar las nuevas configuraciones para, de este modo, prever y proveer soluciones.
Estos desafíos, a la vez, están vinculados a cuestiones controversiales – y hasta dilemáticas – que no admiten una respuesta o abordaje único.
A continuación detallaremos algunos de estos retos con el propósito de instalarlos definitivamente en la agenda de las RLE y abrir el consecuente debate crítico.
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